10.19.2011

tu i jo asseguts a la barra d’un bar, sona bona música i som davant del mar.

Nada más ha empezado a sonar la música me he quedado embobado. I que só més bonic! Ilusionado he ido a la habitación y les he enseñado una canción. Dijo: Odio la música en valenciano, de hecho odio el valenciano; no entiendo por qué no cantan en castellano joder! En otro momento hubiera entrado al trapo, pero estaba levitando y no podía esperar.

Me he puesto a buscar unos auriculares (que ironía, solo he encontrado los tuyos por la habitación), no quería que se escapara un solo acorde sin que lo pudiera paladear… Llevaba tiempo sin escuchar algo hecho con tanto cariño, con tanto cuidado, con un sonido tan personal y familiar a la vez… Echaba de menos algo tan pequeño y tan enorme a la vez. Cierro los ojos y escucho: es un himno a la vida; o mejor dicho, a las ganas de sentirse vivo. Instrumentos, voces, letras, acordes… un conjunto que me recorre a modo de escalofrío mi espina dorsal y me hace ver el mundo de otra manera.


Por Dios, que hermoso es todo. Ojala lo entendieran, ojala lo entendieras, ojala me quieras, ojala olor a narcisos, ojala sonido de grillos y ranas, ojala no te vayas; ojala estuvieras desnuda en mi cama escuchando a Manel, con los ojos cerrados y sintiendo el tacto de mis dedos rozar tu piel. Ojalá desengañarme un dia, ojala dejar de soñar despierto; pero ojala que ese ultimo ojala no llegue nunca.



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